Pero la realidad es muy tozuda. De todos es sabido cómo se descubrió esta nueva tomadura de pelo y las posteriores repercusiones. A alguno le entró la duda de si en la siguiente convocatoria aún tendría ganas de presentarse la susodicha. No lo dudaba casi nadie. Por desgracia, hemos sufrido y conocemos perfectamente de lo que son capaces los Gómez Montoya & Co. y precisamente entre sus muchas "virtudes" está la soberbia y la contumacia, el ser incapaces de reflexionar y parar en esta vesánica carrera a ninguna parte. Y lo que tampoco se les puede negar es la constancia y perseverancia. Dijeron "Sr. Guindel, aquí , como diría el entrenador Luis Aragonés, enchufamos a su hija por lo civil o por lo criminal". Y es que hay tanto que agradecer, toda una legislatura de servicios, imagínense.
En fin, estamos ante una nueva versión o remake del caso Guindel. Y esto amenaza con tener más partes que Pesadilla en Elm Street (o Plaza Mayor, para el caso es lo mismo).
Por cierto, hoy un nuevo esperpento en el pleno del ayuntamiento.