Y lo que está pasando en nuestra nación, pasa en nuestro municipio, aunque aquí con mayores dosis de paletismo, mal gusto, histrionismo y un clientelismo exacerbado que devora cualquier tímido intento de progreso real. Precisamente en esta semana hemos tenido un ejemplo palmario con ocasión de una noticia de alcance nacional: todo un teniente de alcalde y otros muchos cargos más tanto públicos como orgánicos, además de ser la mano derecha desde tiempo inmemorial de Llorente (como en su famoso episodio de ladrones de bicicletas), irá al banquillo por los delitos de falso testimonio y denuncia falsa contra mí, en el conocido como Caso Bartolín, uno de los capítulos más negros, mafiosos, viles y mezquinos que se han vivido en la política española y que no ocupa primeras planas en los medios por ese gran poder que el PSOE atesora en todos los niveles y por un periodismo que vive sus horas más bajas acogotado por la publicidad institucional y por un proceso de degradación de la información donde solo prima el espectáculo partidista y zafio.
Y como dice el vulgar dicho o se está embarazada o no se está, ya que no cabe término medio, el Código Ético del PSOE no deja lugar a dudas de qué sucede y qué consecuencias tiene cuando un cargo público como es el caso del edil Javier Márquez tiene la notificación de la apertura de juicio oral por cualquier delito. ¿Y qué es lo que ha hecho el PSOE? A nivel local dar vergüenza ajena con sus excusas (e incluso infames mentiras que tendrán respuesta judicial como acusar en falso de imputaciones delictivas inexistentes a compañeros) que no merecen ni su reproducción por no insultar a la inteligencia del lector. Y a nivel regional o nacional el silencio cómplice. De hecho, ya no pueden ni justificarse en el desconocimiento, puesto que han sido cumplidamente informados. ¿La moraleja? El PSOE es hoy en día una organización hipócrita, que ampara comportamientos mafiosos, que se aprovecha de los sentimientos de izquierda y de progreso de millones de personas cegadas por los oropeles de una marca centenaria convertida en una multinacional del poder y, sobre todo, una organización sin ética alguna.
Sí, ya sé que de poco servirá este artículo y millones de personas seguirán creyendo en el PSOE. Pero lo que está bien está bien aunque sólo lo haga uno y lo que está mal está mal aunque lo hagan todos. Es mi filosofía vital y la de ULEG, el partido que tengo el honor de presidir. Actuar con honor y con principios siempre será la mejor inversión a largo plazo aunque no reporte ningún rédito en los tiempos actuales. Tener la conciencia tranquila no tiene precio, al menos para los que la tenemos.
Feliz domingo y, ya saben, si encuentran algún parecido entre el PSOE y la ética será pura coincidencia.