
Triste argumento y penosa justificación. En política, las herencias no se aceptan a beneficio de inventario. Vienen con sus derechos y con sus cargas. En política, no se puede pilotar el presente y diseñar el futuro con la mirada en el espejo retrovisor y pendiente del maletero. Más áun cuando en ese maletero, muchas de las hipotecas provienen de Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos gobernados por tus propias siglas. ¿O es que la Comunidad de Valencia o el Ayuntamiento de Madrid los ha gobernando en los últimos lustros La Pasionaria? Basta de cinismo, de doble moral y de golpes de pecho afectados.
No cabe duda de que la gestión del presidente Zapatero y del PSOE ha sido nefasta. Con el botón de muestra de Leganés ya tenemos sobrada munición, pero los males pasados no justifican las meteduras de pata presentes, la carencia de ideas, de propuestas, de soluciones, ni explican que a día de hoy sigamos sin observar en nuestros gobernantes locales, regionales o nacionales ni un atisbo de proyecto de España, salvo que el proyecto sea precisamente desmantelar los ejes que permiten que una sociedad pueda estar mínimamente cohesionada, estructurada y cuente con posibilidades de futuro. Un futuro que pasa ineludiblemente por defender con uñas y dientes el que se cuente con una educación y una sanidad universal y de calidad que garantice una básica igualdad de oportunidades. Libertad en igualdad e igualdad en libertad.
Estamos en un momento histórico donde incluso indignarse se ha vuelto un lujo ya que sólo lo pueden hacer los que algo tienen. Nos hemos adentrado en una siguiente fase que alguien se encargará de dar nombre, aunque el membrete mediático sea lo de menos. El barco chocó con el iceberg y los directores de orquesta del PPSOE siguen con su musical habitual. Este fin de semana, con sus congresos regionales y sus "juventudes" nos han vuelto a deleitar con su sinfonía obsoleta y sus compases desfasados. Y no duden de que serán los primeros en abandonar. Lo grave de los actuales gobernantes no es la herencia recibida, sino el legado que van a dejar.
Ayer pude disfrutar de nuevo de esa magnífica película animada que es "El rey León". Espléndida y sencilla metáfora del poder, del reparto y creación de riqueza, de la amistad, del ciclo de la vida, en definitiva. Y al ver la película, asumí de manera nítida que estamos en manos de hienas y de reyezuelos al estilo Scar. Y la solución no sé si vendrá con el hakuna matata, pero estoy convencido de que en este mundo nos faltan Simbas, Pumbas y Timones, y nos sobran Rajoys, Rubalcabas y Borbones.