La tarea de denunciar los despropósitos de nuestros gobernantes es muy ingrata.
Enfrentarse al poder y a los poderosos no trae consigo parabienes ni comodidades. Todo lo contrario. Criticar y censurar las actuaciones de personas que tienes que ver bastante a menudo, con los que incluso compartes conocidos o amigos, no es plato de buen gusto. Llevar a los tribunales las tropelías de unos y de otros suponen mucho tiempo, muchos recursos y muchas malas miradas.
Antes de unos, después de los otros. Son más de 11 años en los que ULEG ha luchado contra viento y marea contra los poderes fácticos, la incomprensión de mucha gente, el odio de los más sectarios... Pero estas son las servidumbres de ser, de verdad, independientes. El vecino es nuestro único jefe y eso molesta y mucho a quien tiene otros jefes o quiere serlo nuestro.
Y precisamente esta larga década de trabajo en pro de los vecinos, de esforzarnos por desenterrar de la política el caciquismo, el amiguismo, la golfería en sus más diversas variantes nos ha llenado la mochila de amigos (de los 1.647 iniciales en 2003 a los 5.422 en 2007, 12.409 en 2011 o a los más de 20.000 que auguran las encuestas para 2015), pero también de grandes y encendidos enemigos. En esta legislatura se han incorporado a la trinchera de quienes quieren nuestra destrucción todos aquellos que en la pasada jaleaban, reconocían, aplaudían y vitoreaban nuestra labor de oposición contra PSOE e IU.
Ahora estamos haciendo exactamente lo mismo, denunciando lo que se hace mal, pero como es "a los suyos", al PP, ya no les mola. Hablan de que hemos cambiado, de que no logran entender cómo antes atacábamos a unos y ahora a otros. ¡Qué ciego es el sectarismo que impide ver que quienes han cambiado son precisamente ellos! Quienes antes eran oposición son ahora gobierno, para quienes antes el meter a amigos o empresas a dedo en la administración era enchufismo o amigotazos ahora es "reconocer" la valía de gente buena. Cuando antes la ética política se elevaba al rigor del código de Hammurabi, ahora sólo el código penal y las condenas firmes son el referente moral de la conducta de un político.
Antes y ahora. Ahora y antes, ULEG sigue su camino. Somos amigos de Platón, pero más amigos somos de la verdad. Y la verdad es hoy que el gobierno del PP de Leganés huele a podrido. Y huele a podrido por cada uno de sus poros.
Hoy hemos denunciado en nota de prensa las tropelías que se están cometiendo en EMSULE, donde al final se han visto obligados a dar marcha atrás en la ilegalidad que habíamos denunciado y recurrido. No es la primera vez. Ya hemos logrado tumbar los pliegos de mantenimiento de zonas verdes o el de mantenimiento de vía pública por eso mismo, pese a los ataques e incomprensiones iniciales.
También la fiscalía provincial nos ha dado la razón cuando dijimos que el alcalde violaba nuestros derechos fundamentales al no dejar presentar y defender mociones en el pleno. Hemos acertado ante notario empresas ganadoras de concursos incluso antes de que existiera concurso. También la juez del número 5 ya ha considerado al alcalde como imputado y está practicando diligencias de oficio por el "caso Nóminas", también la Fiscalía está investigando las irregularidades denunciadas por habilitados nacionales ya apartados, como diría Luis Aragonés, por lo civil o por lo criminal del terreno de juego. Gracias a la impugnación en los tribunales el gobierno tuvo que frenar el expolio a los vecinos con los acuerdos leoninos con el Canal de Isabel II. Eso por no hablar de que la sombra del lechero es muy alargada y está "Al cabo de la Calle", de que los popes del Urbanismo pepinero tienen en sus manos las escrituras hipotecarias de más de un gobernante municipal, de los intereses creados en La Cubierta, de los motivos de la impunidad a la tala ilegal de árboles en la ex piscina Solagua, de que hay muchas "chinas" en los zapatos de quienes ahora rigen los destinos de la ciudad...
Vuelvo a decirlo. Antes y ahora. Ahora y antes, ULEG sigue su camino. Somos amigos de Platón, pero más amigos somos de la verdad.
No somos héroes, ni queremos ir de ello, pero tenemos siempre en mente la famosa frase de Edmund Burke: "para que el mal triunfe, basta con que los hombres de bien no hagan nada". Y nos negamos a mirar para otro lado. Sí, sería más cómodo. Seguro que sería más provechoso para nuestra hacienda y nuestra salud, pero ULEG nació con una misión y con una visión como así reflejamos en nuestros estatutos: ser una fuerza política no sometida a servidumbres extrañas a lo que son los verdaderos intereses y deseos de los ciudadanos de nuestra ciudad.Y eso es ser independiente, porque como dijo Helenio Herrera, "no hay cosa peor que fallar con las ideas ajenas".