miércoles, 29 de enero de 2020

El caso Virginia Moreno se pone negro y lo verán los de negro. Llorente juega con fuego con la directora



De la señora Virginia Moreno Bonilla, casi eterna directora de Nuevas Tecnologías del ayuntamiento de Leganés y siempre muy bien remunerada y siempre por designación política ya que ni es funcionaria ni ha pasado nunca proceso selectivo y competitivo alguno para su cargo, podríamos hablar largo y tendido. Sus propios jefes del PSOE, en este caso cuando el alcalde era Rafael Gómez Montoya, la cesaron por su más que irregular comportamiento.

Fue repescada por su siempre cercano Santiago Llorente, quien ahora en un giro de tuerca más tendrá la incertidumbre de cómo acabará en la vía penal este escándalo (como el del caso Bartolín, otro amigo) de mantener en el puesto de directora a sabiendas de su ilegalidad (ratificada por sentencias firmes con el propio ayuntamiento de Leganés afectado) a una persona que ni es funcionaria, ni fue objeto la provisión de este puesto a convocatoria pública donde se pudieran presentar en igualdad de condiciones y en pública concurrencia todos aquellos que cumpliendo los requisitos quisieran que fueran valorados sus méritos y capacidades.

YA PASA DE CASTAÑO OSCURO/MORENO A NEGRO.
La situación absolutamente irregular de los directores generales (muchos de ellos hoy concejales, demostrando que sólo la afinidad política era el mérito que atesoraban) se mantuvo todo el pasado mandato, bajo el fraude y el argumento tramposo de que los nombramientos que se habían impugnado y anulado no eran los efectuados por Llorente (aunque el método era exactamente igual y fue el condenado y prohibido por la Justicia). Esta jugarreta absolutamente indigna para un regidor que de verdad crea en el imperio de la Ley podía tener un pase (para alguien de su moralidad y escrúpulos) hasta que terminó la pasada legislatura, pero ya no tenía justificación alguna para este nuevo mandato que se iniciaba con las elecciones del 26 de mayo pasado, la investidura del 15 de junio y, sobre todo, el decreto del alcalde de fecha 19 de junio por el que se delegaban competencias en los concejales y, ¡oh sorpresa!, la única dirección general. ¿Y cuál era esa dirección general? Efectivamente, la que ostentaba y ostenta la sra. Virginia Moreno.

No se pierdan la interpelación que ayer defendimos en el pleno. Un pleno que fue el primero de todo el mandato en el que se pudo controlar la acción del gobierno. Otra muestra más de la transparencia, pasión por la democracia y el debate plural por parte de nuestro alcalde. Vean, analicen y opinen. Lo de juzgar ya les adelanto que lo harán unos señores a los que se les paga por ello y han superado una dura oposición.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Casualmente, hoy en un periódico hablan de los directores generales de los ministerios de Podemos, que ninguno es funcionario y todos han sido nombrados a dedo. Se justifica porque en UP no hay funcionarios de alto nivel como en otros partidos.
Los directores son cargos de confianza, lo que choca con el sistema de libre concurrencia; por otra parte, nadie se presentaría a un concurso para cargo de confianza si no es afín al gobierno convocante, pues aunque se requiere solvencia técnica, los directores generales esencialmente son cargos políticos.
Si se recurre el nombramiento en la vía contencioso-administrativa lo previsible es que se anule, porque va contra la letra de la ley, pero al final la sentencia es papel mojado porque adquiere firmeza después de concluir la legislatura, cuando el director general ya no está en el cargo.
Si no tiene mucho sentido ir a lo contencioso-administrativo, menos a la vía penal. Prueba de la inutilidad de ir contra los nombramientos a dedo de los directores generales es que, salvo en Leganés, en ningún otro sitio se combaten.