Muy buenas tardes a todos.
Quiero agradecer en primer lugar al alcalde
Santiago Llorente que recupere una sana costumbre democrática como es la de que
todos los portavoces de los partidos representados en el ayuntamiento puedan
dirigir unas palabras a sus vecinos en un día tan emblemático.
Saludo calurosamente a todos los
presentes, portavoces de los diferentes grupos políticos, compañeros
de corporación, autoridades civiles y militares, representantes y miembros de
las casas regionales, asociaciones empresariales, de vecinos, entidades
deportivas y demás colectivos sociales así como al conjunto de leganenses a los
que envío desde ULEG nuestros mejores deseos para estas señaladas fechas.
En especial, quiero dar la enhorabuena a las
entidades hoy galardonadas, al Club Atlético Trabenco y a la casa regional de
Castilla-La Mancha.
Ellos y nosotros sabemos muy bien lo merecido de este
reconocimiento, pero también lo mucho que se ha hecho de rogar. Dicen que más
vale tarde que nunca, así que a disfrutar de este día que os lo habéis ganado
durante tantos años de trabajo desinteresado, ya sea en la faceta deportiva o
en la cultural y recreativa. Miles de personas han pasado por ambas
instituciones y el sello que habéis dejado en ellas ya es imborrable.
También quiero trasladar mi respeto y cariño a
la familia de Pedro González González, (“Perucho”), alcalde histórico de esta
ciudad asesinado por la sinrazón, el sectarismo cainita y el dogmatismo, quien
recibirá a título póstumo una medalla de oro, tributo que le rendimos
todos los vecinos y que ha de ser recogida con todo honor y orgullo.
Hoy conmemoramos el 37º aniversario de la
constitución, la norma de normas que dio a luz pocos meses después de mi
propio nacimiento por lo que uno se siente un tanto extraño puesto que creyéndome
aún joven, son numerosísimas las voces que ya dicen que nuestra carta magna ha
quedado vieja e ineficaz y que precisa reformas. Es cierto que yo me voy
quedando sin pelo y los abdominales ya solo se ven en mi imaginación, pero
considero que aún estoy para dar mucha batalla. Y pienso que nuestra
constitución también. Ella como yo tendrán que pasar más por el gimnasio y
ponerse en forma. Los tiempos lo exigen, pero no es cuestión de tumbar todo,
porque destruir siempre es más fácil que construir.
Nunca como ahora nuestra Constitución ha
estado tan en entredicho por todo y por todos. Criticada por separatistas y
separadores, es puesta en tela de juicio por el conjunto del arco ideológico,
unos denunciando su incumplimiento, otros señalando los acuerdos que la han
reformado a espaldas del pueblo, como el famoso artículo 135 que sacralizó el
pago de la deuda como un nuevo valor superior del ordenamiento jurídico junto a
la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político.
Estamos en el momento histórico en el que más
voces reclaman cambios, reformas e incluso rupturas. Y no cabe duda de que algo
debemos hacer para dar respuesta a las necesidades y anhelos de los españoles.
Unas necesidades y anhelos que no han cambiado en esencia respecto a lo
existente hace casi 40 años: libertad, igualdad de oportunidades,
seguridad, trabajo y vivienda digna, sanidad y educación universal.
Entonces el contexto no era nada cómodo, tampoco lo es ahora, por eso mismo nos
debe servir de estímulo para aprender de aquellos que lograron algo único en la
historia de España: hacer una constitución que no era contra nadie, sino que
quiso ser la de todos. Claro que tiene fallos, errores, elementos obsoletos, renuncias
que ahora se pueden ver como excesivas, pero en todo acuerdo debe haber cesión,
sacrificio y generosidad. Una cesión, sacrificio y generosidad que también
reclamo para los actores que les toca protagonizar esta hora y que me gustaría
que se extendiera a cada una de las administraciones, y cómo no, a nuestro
propio ayuntamiento.
Señor alcalde, como primer edil de esta
corporación, le toca predicar con el ejemplo para estar a la altura de los
tiempos. El pueblo no nos quiere oír con excusas, ruega soluciones y aquí está
mi mano y la de ULEG para hacer progresar esta ciudad. Un progreso que
será imposible sin cesiones, sacrificios ni generosidad por todas las partes.
Siempre que he tenido ocasión, he aprovechado
este homenaje para recordar y glosar un artículo de nuestra Ley Fundamental.
Hoy no quiero leer ningún precepto, sino un extracto de una constitución del
espíritu del pueblo, la que salió del alma y el corazón del poeta del
pueblo, Miguel Hernández. Nada como sus palabras en el poema Vientos del pueblo
reivindican más, lo que hoy está siendo combatido: la unidad y la pluralidad de
la nación española, esa que no es única e indivisible porque lo diga el
artículo 2 de nuestra carta magna, sino porque es fruto de las lágrimas,
sudores y sangre compartida y vertida desde hace siglos por esta piel de toro
llamada España.
Vientos del pueblo me
llevan,
vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Muchas gracias y viva España.
10 comentarios:
Que viva España.
Aunque hay quién dice que la mejor Constitución es la que no existe, esta lo cierto es que ha sido útil, y la que más ha durado de la Historia de España.
De todos modos, cuando Vd. llegue, si no le gusta la cambia.
En fin, en fin.
Ruf.
Ah y el Perucho pintó poco el 18 de Julio, fue la UMRA quién impidió el exito del Alzamiento, como en tantos sitios.
Un mandil no para un fusil.
Ruf.
Hola:
La "calidad" democrática que disfrutamos es fruto de esa farsa llamada transición. No tenemos una democracia ganada. La nuestra fue otorgada. Por ello no extraña las dificultades de gran parte de la población española. Hay mucho súbdito y poco ciudadano...Aquí la separación de poderes, tan necesaria en una democracia, ni está ni se la espera.
Trevijano , con sus luces y sus sombras, se han cansado de tanto decirlo. Vean:
https://www.youtube.com/watch?v=ByP-Y1rX1GY
Rufi: Por favor, no dejes el tratamiento. Cuidate.
Saludos.
Ay, ay, ni con comillas simple consigues otra cosa que decir chorradas, aunque copies.
Deliras, toma las pastillas y estudia zote.
El Trevijano fue según sus coetáneos un tonto útil, al que luego dieron la patada, no era nada, ni representaba a nadie.
Se creyó el papel, y aún anda proponiéndose de Presidente, pero nadie le hace caso.
Te buscas cada modelo, payasos como tú.
La Constitución, como su antesala la Transición, fueron procesos muy normales en nuestro entorno, y con resultados similares.
Su mayor o menor desarrollo, como en todas partes, es producto de la sociedad.
Claro que los ácratas dicen de quemarla.
Pero es porque no son nada.
Como tú un bobo Llorentista.
Ruf.
I
Es consecuencia de las dos últimas legislaturas enuclear a todos aquellos que no queremos la desintegración de España ni la pérdida de sus valores, en torno a una Constitución que muchos no apoyamos en 1978. No la apoyé porque aún no votaba, pero en mi hogar el clima no podía ser más áspero en torno al Título VIII. Mi abuela decía que parecía peligroso y dejaba abiertas muchas vías para que los nacionalistas impusieran sus tesis, solo se necesitaba un gobierno central débil. Empezó UCD y siguieron, tanto el PSOE como el PP, apoyándose en los nacionalistas catalanes y vascos para gobernar y, a cambio, les dieron excesivas concesiones, entregándoles el control de los gobiernos autonómicos respectivos y silenciando a quienes se negaban a ello, como Redondo o Vidal-Quadras. Estas cesiones permitieron a los nacionalistas controlar aspectos esenciales para la implantación miserable de las diferencias: cultura, educación, lengua, etc. que les facilitaron ir labrando las mayorías nacionalistas actuales. Todas esas derrotas de la Constitución y victorias posturales de los nacionalistas, proceden de ese malhadado Título. También hubo otras razones para no votar esa Carta Magna, como el hecho de ser intervencionista y socialdemócrata, hay que recordar que en aquellos años era lo que prevalecía en Europa, continente siempre muy poco liberal.
Sin embargo, el desastroso gobierno de Zapatero y las acciones pro ETA que ha continuado Rajoy, su comportamiento en pro de los viejos, caducos, miserables y frustrados perdedores lamentables tiempos de la República así como su total entreguismo a los nacionalistas, ha convertido a la Constitución de 1978 en el banderín de enganche de quienes defendemos la unidad de España, sus valores y la libertad.
El día 6, mañana, que se conmemora un aniversario más, no es un día de celebración, es un día de resistencia, de oposición al modelo radical de las izquierdas con coletero o las izquierditas de Sánchez y sus aliados, de una defensa cerrada de esa Constitución que aún, como en mi caso, no resultando satisfactoria resulta mucho mejor que las propuestas alternativas.
II
El Sr. Zapatero y su secuela Rajoy aspiran a conseguir su paz a cambio de España, pero la paz no es lo más importante, lo importante es la libertad. Había paz en la URSS, la gente, si no se oponía la régimen, no tenía problemas, igualmente en la Cuba de los Castro o en la Alemania hitleriana, el problema surge cuando falta libertad para expresar alguno de los espectros del pensamiento, entonces ya no hay paz, como les ocurre a los no nacionalistas en Cataluña o el País Vasco. Pero es que tampoco la hemos tenido cediendo al chantaje etarra, cese de asesinatos a cambio de cargos, carguitos y carguetes, amén de excarcelados by the face. Y en Cataluña ¿de qué ha servido la concesión del estatuto?, simplemente para que los nacionalistas aumenten los impedimentos para la libre expresión de ideas españolas, tanto en la educación, la cultura o la vida cotidiana. Si para ello es necesaria una dosis de violencia, de la índole que sea, pues se aplica y ya está. ¿Podemos decir hoy día que en Cataluña hay libertad para los no nacionalistas?, claro que no. Y el ámbito de opresión es máximo con posibilidades de enfrentamiento inminente. En el País Vasco donde los etarras y sus fachadas políticas son confesas seguidoras de los métodos marxistas radicales, se ha resuelto el tema repartiendo pienso. Ya no hay muertos, hay subvención a la ETA o a sus residuos radiactivos.
Estos son los mimbres con los que los zapateros y marianines han hecho su transición, crear su España, un país que mire al ya lejano pero no por ello, menos triste pasado encarnado en la república de 1931 y en la sustitución de los valores eternos por modas más o menos “progresistas” como el laicismo, la discriminación positiva de la homosexualidad, los ataques al modelo familiar tradicional o la búsqueda incesante de huesos de pedigree rojo, como si los azules no hubieran sufrido martirio. Nos han hecho creer que igualar es subir a unos por encima de otros, aplicar más castigo a unos que otros por el mismo delito o dar más a unos que a otros por razón de sexo, procedencia o hábitos sexuales.
La igualdad se alcanza practicándola, la justicia lleva una venda en los ojos porque debe ser ciega, no puede apiadarse de nadie por su origen, por su compañía sexual elegida o porque no tiene testículos.
Aunque no sea la que a muchos nos gustaría, debemos defender la Constitución de 1978 como elemento aglutinador de los españoles en la defensa de nuestra Patria y de sus valores.
El tema nacionalista viene de largo, de muy largo, no olvidemos las Españas de los Austrias, las guerras carlistas con su componente fuerista, y ante todo el nacionalismo cultural, de matriz germánica, romántica, Herder.
Con el advenimiento de la idea de la nación como idea motriz, ahora basada en la identidad étnica, es decir cultural.
Muy propio de Alemania, una Nación, cien Estados.
Aquí empezó todo.
Esto prendió con fiereza en el País Vasco, aquí trufado de racismo, en boga entonces, Gobineau, Chamberlain, alentado por el vigor industrial basado en el binomio hierro-carbón, y su resultante el Alto Horno.
Aunque el primer Horno Alto fue andaluz, Marbella, esto es la otra cara de la moneda.
La del fracaso de la Revolución Industrial, y Burgués por tanto, al menos en parte de España, y por un tiempo claro.
También el nacionalismo prendió en el otro rincón de España, Cataluña, aquí bajo las premisas más cívicas, de Prat de la Riba, y las Bases de Manresa.
Es decir el nacionalismo no nació ex novo, había bases previas de identidad y autonomía propias.
Pero en nuestra sufrida España, a la que yo siempre defenderé, coincidió además con una pérdida sustancial de vigor del núcleo central, las Castillas, y en especial de la querida Andalucía ahora relegada de un lugar cimero, a la cola de la transformación venida con la Revolución Industrial.
Asimismo las Castillas se sumieron en un sueño secular, Madrid era poco más que Corte......
Aquí no se creó como en Francia, país antes muy poco cohesionado, un gran proyecto nacional fuerte y unido, con centro en el corazón de la Nación, forjado con la escuela y el ejército, ahormado con ese sentimiento común de pertenencia.
Que eso es la Nación, sentirse de.........España.
Aquí por contra las regiones más pujantes, Cataluña y el País Vasco, fueron las que precisamente resultaron más reacias a la formación de ese proyecto nacional.
Cierto que tampoco ayudó mucho la torpeza de los Gobiernos Centrales, débiles, clientelares, y que fueron incapaces de generar esa ilusión colectiva.
No se supo ganar suficientemente la lealtad de los muchos vascos liberales, que querían fueros sin separatismos, ni de la gran multitud de burgueses catalanes que solo querían un gobierno eficaz.
De aquellos polvos vienen estos lodos.
La Constitución intentó con el Título VIII medio amarrar el tema territorial, y si bien no permitió el apoyo peneuvista, sí les sumó con el Estatuto.
Cierto que luego los Gobiernos han cedido, y mucho, les han dejado las manos libres para adoctrinar a toda una generación en el anti españolismo, verdad, aunque quizás el tema no fuera tan fácil de evitar.
Pues es en `parte la propia deriva del tiempo, que todo lo muda, las sociedades cambian, los pueblos también, y lo que hoy parece bueno, mañana no lo es.
Claro que hay cosas de escándalo, la estupidez de Zapatero con el Estatuto origen directo del lío actual.
Y la crisis, no olvidemos, la miseria vuelve a muchos miserables.
El sálvese quien pueda.
Aunque aún hay mimbres para tejer ese gran proyecto hispano, la España eterna.
Por España.
Ruf.
Pero que cansino y pedante eres Ruf
Hola:
Las cosas hay que valorarlas por su utilidad. ¿ Hay sido útil la Constitución para el pueblo español? Rotundamente no. No nos ha garantizado los derechos que proclama. Y ha sido violada , con impunidad, por sus principales defensores. Por tanto, no merece ningún homenaje por nuestra parte. Lo demás es seguir el juego a los medios de desinformación. Esa prensa que insiste en las bondades del R78. Un régimen plagado de ladrones y comisionistas.
A mi querida Lola le ha faltado mencionar que nadie ha hecho tanto por el separatismo como uno llamado José Mari...Por cierto, ¿ Lola has conocido a un sólo liberal? Yo no. El liberalismo no deja de ser una excusa para justificar el dominio social de los poderosos...Ésa es la verdad lo demás es palabrería hueca.
Rufi, se nota que te has pasado por la FNAC...ja,ja,ja. El tío es un genio: le basta con leer las portadas de los libros. El día que lea un libro completo...ja,ja,ja
Saludos.
Ja, eso, el día que leas será que has aprendido a juntar las letras.
Liberales alguno he conocido, acratones bobos miles.
Ruf.
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