Maese Nicolás, Doña Espe, Gran Jesús... No falta nadie en la fiesta "liberal"

No hay palabra más adulterada y prostituida que la de liberal. Es un término de paternidad española que incluso hemos logrado exportar a otros idiomas, pero lamentablemente es en nuestro país donde más ha perdido su loable sentido y verdadero significado. Un auténtico liberal y el liberalismo es todo lo contrario a lo que representan los que aparecen en la foto. Todos ellos vividores de la teta pública, favorecidos por el calor de las instituciones que tanto se empeñan en privatizar y medradores profesionales a costa del riñón ciudadano. Curiosa paradoja el ver tanto "liberal" dando tantas lecciones sobre el amor al riesgo y el emprendimiento con plaza de funcionario o similar. Del mismo modo que no hay empresario menos emprendedor que los que pululan por la CEOE, CEIM y similares. Otros chupópteros que hacen negocios no por la brillantez de sus ideas o por obtener beneficios fruto de la incertidumbre implícita a su actividad mercantil, sino por su cercanía a los órganos de poder que les garantizan pingües y recurrentes ingresos. Capitalismo de amiguetes que llaman algunos, puertas giratorias... El cóctel de una economía intervenida, pero por golfos.

Porque en España no hay realmente ni liberales ni socialistas, al menos no en el poder, hay una amalgama de caraduras, trinconetes y cortadillos, nicolasillos y chuchis que hacen fortuna y "carrera" gracias a padrinos o madrinas, secretos inconfesables y un pueblo adormecido que además cada día es inoculado con nuevas dosis de "borreguina" por parte de esos medios de comunicación que solo comunican lo que le interesa al poder.

Valga el tópico, hay imágenes que valen más que mil palabras. El brillo en la mirada del pequeño Nicolás, el rostro pétreo de una presidenta que aplica su divina providencia a los demás pero la deplora en sus carnes, y el "self made man", el ranchero de Otero, el fontanero, pero no de tuberías, encantado de que por meritocracia, capacidad de gestión y conocimiento profundo de la ciudad que le vio nacer y pacer es ungido por la cazatalentos para salvar Leganés de la paleoizquierda, con recetas liberales tales como rescatar cosos taurinos, entregar suelo público para pelotazos educativos privados o macrogyms, chantajear a la prensa con la publicidad institucional...

Luego dirán que todos somos iguales. En fin, prefiero que nos digan que somos peores a que nos igualen con esta ralea.