Con el paracaídas a otra parte. Nadie aguanta al alcalde de Leganés. Espantada de la edil de Educación

Entre tanta enorme corrupción del PPSOE (aunque en honor de la verdad, en estos momentos, más del PP que del PSOE) podría pasar desapercibida la espantada de la hasta ahora edil de Educación del gobierno de Leganés, Concha Pastor, perpetrada con sordina y que por los mercenarios mediáticos fue anunciada el viernes pasado. Los otrora intelectuales (a sueldo) del ámbito político pepinero no han querido hacer grandes y sesudos análisis de las razones de su dimisión y huida de las tierras pepineras, pero no cabe duda, porque era vox populi, que ni estaba a gusto en Leganés (no conocía ni dónde se ubicaba antes de ser edil), ni mucho menos estaba contenta con su jefe, el gran estadista Jesús Gómez. Pero quién podría estar contento de trabajar con alguien así. Eso sí, ha esperado a tener una poltrona calentita, dicen que por Tres Cantos, para dar el portazo y decirnos a los leganenses que "adiós muy buenas". Su gestión deja una herencia nefasta, no tanto por ella, sino por ser una sumisa servidora de las politicas antisociales y destructoras de todo lo público como garantía de una mínima igualdad de oportunidades. Que se lo digan a los coles Verbena y Valle Inclán, o a la escuela infantil Dulcinea o a tantos colectivos culturales y educativos que han tenido que sufrir su labor.

Don Jesús, el "honrao", tiene una nueva baja en su equipo A de gestores. Pero él sigue a lo suyo, pujoleando, con sus amistades peligrosas y sus obsesiones uleguianas. Cuanto más anuncia querellas contra ULEG, cuanto más grita pomposamente su "limpieza", cuanto más mueve a sus mariachis mediáticos, lecheros o cibernéticos, más verdad se hace esa frase textual del periodista metido a político, o político que nunca supo dejar de ser periodista, pero en todo caso portavoz del PP de Leganés, Juan Manuel Álamo Cañadas: "Hay mucha mierda por debajo dentro de mi propio partido" (siento la dudosa corrección sintáctica y gramatical del supuesto periodista, pero por mucho que ofenda a cierta gente adulta es como lo expresó el susodicho).

Pues eso, y que no sienten mal a la ciudad los desayunos populares. Granadas más altas han caído y muchos otros árboles, frutales o no, caerán. ULEG no tiene hipotecas, ni mochilas, ni miedos. Seguiremos trabajando en beneficio de los vecinos y no pararemos hasta limpiar de golfos y corruptos Leganés. Cueste lo que cueste, porque tenemos algo desconocido por otros lares: Principios.