El cerrojazo informativo oficial que sufre Leganés en materia de seguridad ciudadana por la falsa premisa de que lo que genera alarma social es que se cuente a la opinión pública que hay delitos y no que se perpetren no logra impedir que cada vez más salga a la luz el muy serio problema que sufre nuestra ciudad: asaltos, atracos y alcantarillazos en todo tipo de comercios y establecimientos, robos en viviendas, sustracciones en plazas de garaje, despojar de baterías a los coches...
No hay zona de Leganés que se libre de los delitos ni de los delincuentes: zona centro, polígonos industriales, nuevos barrios, viejos barrios, zonas comerciales, por supuesto La Cubierta... Pero el alcalde asiste impasible a todo, todo le da igual.Y no son opiniones personales o interesadas porque así lo acreditan datos oficiales como los del Ministerio del Interior o de la patronal del seguro UNESPA. La Policía Local la tiene en precario, ya no sólo por los incumplimientos salariales, adecuación laboral u horas extras, sino que la falta de policía es ya manifiesta. Muchas noches son muy pocos efectivos los que cubren la ciudad y eso, por supuesto, lo saben los malos y se aprovechan. Lo mismo sucede con los medios: etilómetros que no funcionan o están intervenidos o de prestado, radares que no controlan nada, coches camuflados que ya conoce todo el mundo, sonómetros que ni están ni se les espera, motillos de juguete inservibles... El señor Llorente con decir que todos los delitos que se perpetran en la ciudad son casos aislados y con meter la cabeza en el suelo como un avestruz todo lo arregla. Cree que los resultados electorales le avalan. ¡Qué mala es la soberbia y qué dura resaca le espera al que cae en este pecado capital!
Por supuesto, las Juntas Locales de Seguridad no se convocan con la presencia de los grupos de la oposición como se aprobó varias veces en Pleno pero como sucede en tantas ocasiones con este gobierno lo que se acuerda en la cámara plenaria es papel mojado, por eso ya ni se corta en celebrarlos a puerta cerrada o incluso desalojar a los ediles que protestamos ante esta deriva despótica y autoritaria.
La ciudad se le está yendo de las manos al PSOE y a sus comparsas compradas (la franquicia de Errejón en vías de extinción y la veleta naranja controlada por el clan de Valdemoro). De poco le valdrá que siga censurando o comprando a determinada prensa. No hay colectivo o entidad que no se esté levantando contra este gobierno: las asociaciones de vecinos, absolutamente todos los sindicatos del ayuntamiento de Leganés (hecho insólito), la comunidad educativa de la Escuela de Música Manuel Rodríguez Sales y de diversas escuelas infantiles, las personas sin hogar..., hasta está poniendo de acuerdo a grupos políticos tan variopintos como ULEG, PP, Unidas Podemos y Vox.
No hay más ciego que el que no quiere ver. Ya saben la célebre frase de "los dioses ciegan a quienes quieren perder". Y es que Leganés empieza a tener demasiados problemas y es porque su principal dirigente es el que se ha convertido en el problema más grande.
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