martes, 5 de diciembre de 2023

Discurso por el 45º aniversario de la Constitución. Ni amnistía, ni amnesia. Atrévanse a pensar, solo así seréis libres

 

Muy buenas tardes. Alcalde, compañeros de corporación, autoridades civiles,  militares, judiciales, representantes del tejido social, vecinos, un caluroso saludo a todos:

Me dirijo a ustedes como portavoz de Unión por Leganés-ULEG, honor que llevo desempeñando desde hace 16 años, pero al mismo tiempo debuto como Primer Teniente de Alcalde de esta excelentísima institución, por lo que no sólo el honor, sino sobre todo la responsabilidad alcanza una dimensión que nos exige estar a la altura de la misma.

Aprovecho para desearles lo mejor para este periodo navideño ya en ciernes, con la esperanza de que el 2024 nos traiga a todos salud, prosperidad y paz, mucha paz, y no solo ausencia de guerras, que también, sino paz de la de verdad, la que no es forzada o impuesta por el miedo y el silencio, sino la que reina cuando se vive en libertad y con un horizonte de igualdad de oportunidades.

El año pasado por estas mismas fechas y ocasión pronuncié las siguientes palabras que con el transcurso de estos 365 días creo humildemente que han atesorado aún más valor. Estas fueron:

La mejor manera de homenajear a la Constitución es cumpliéndola. Y de poco sirven medallas, fanfarrias y gritos de viva España o de viva el rey, si no somos conscientes de que la constitución tiene 169 artículos y no solo los que le interesa al gobernante de turno, o de que flaco favor se hace a la Constitución y a la democracia si se la desarma vaciando de contenido un mecanismo de defensa, como es el delito de sedición, que además ha demostrado ser eficaz y no “un juguete en manos de jueces fascistas”, como afirma uno de esos que como Penélope en la Odisea dice tejer convivencia por el día, para desarmarla cada noche porque su fin último es desbaratar la base de todo orden político y social: la unidad de la nación española, principio que no es ni ideológico, ni partidista, sino estructural y que compartimos los millones de españoles que no queremos sentirnos extranjeros ni ciudadanos de segunda en ningún lugar de nuestra patria.

En estos tiempos de ruido y humo no perdamos la perspectiva, ni la histórica, ni, lo que es más importante, la de presente y de futuro: la unión es un valor capital y sabemos de sobra lo que pasa en este país cuando se destruye la unión, por lo que no la pongamos en riesgo por nada, y mucho menos para mantener el poder a toda costa, porque todo poder es efímero, pero no la responsabilidad que tenemos con las generaciones venideras a las que debemos entregar una democracia sana, con unas instituciones respetadas y respetables, y un estado de derecho que garantice el imperio de la Ley, la separación de poderes y las libertades de todos.

Esto fue dicho hace un año, hoy 4 de diciembre de 2023 y con la actualidad política y social por todos conocida donde en pocos meses hemos visto trasmutar convicciones y donde la verdad ha dejado de ser el reflejo de la adecuación fiel a la realidad para convertirse en el puro acomodo al interés partidario y personal, conviene hacer una serie de reflexiones porque la verdad, a diferencia de la mentira, no necesita cómplices y siempre, antes o después se impone y, como en el mito de la caverna de Platón, las sombras siempre serán sombras y si parecen otra cosa sólo es por la ausencia de luz.

Pongamos algo de luz en un día como hoy. Por ejemplo: sin división de poderes no hay constitución. Esto no es una opinión. Por ejemplo: un gobierno no es el estado. Esto tampoco es una opinión. Por ejemplo: en un estado de derecho que se precie el primero de sus ingredientes es el imperio de la ley, al que están sometidos todos, siendo la ley suprema la Constitución. Esto tampoco es una opinión. Por ejemplo: en democracia es la nación la que es la única fuente de soberanía y que esa nación la conforman todos los que la integran y, por esencia, las decisiones que afecten a la nación deben ser resueltas y decididas por el conjunto de la nación, del pueblo común. Esto tampoco es una opinión.

Y si todo lo antes dicho son luces que disipan sombras, ¿por qué nos empeñamos y nos empeñan en ubicarnos bajo las tinieblas y la penumbra? En el siglo de la Ilustración el lema que abanderó el filósofo Kant fue el “atrévete a pensar” y hoy esto parece más revolucionario que nunca porque a una inmensa mayoría de personas les cuesta pensar si no han pensado antes por ellos o les han indicado otros lo que han de pensar.

Reivindico desde este atril lo que es la base de toda constitución, de toda construcción jurídica, política y social: reivindico a la dignidad humana, aquella que es y está en cada uno de nosotros y que, aunque a veces no lo parezca, surge por nuestra condición de seres pensantes. Pensamos luego existimos, dijo Descartes. Y sólo quien piensa es libre. Nunca nos dejemos arrebatar esa libertad, no levantemos muros entre personas, porque el único muro que hay que levantar es contra la mentira y el adoctrinamiento.

Honremos y conmemoremos con nuestros actos y con nuestro ejemplo la constitución española, única en nuestra historia por ser fruto del acuerdo entre distintos. Y que cada uno desde el ámbito profesional, académico o vital que le toque no se rinda a la molicie moral y defienda con firmeza ese edificio democrático y de convivencia entre españoles que tantos siglos costó construir y que en muy poco tiempo se puede venir abajo si dejamos nuestros destinos a aventureros sin escrúpulos o mesías que confunden el interés general con el suyo propio. Porque en democracia, en una sana democracia, y por razón de gobierno ni amnistías ni amnesias.

Y en recuerdo a la Constitución, pero la de 1812, la más avanzada y progresista del mundo en su época, traigo un artículo más actual y vigente que nunca: la nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.

Cuidemos todos ese patrimonio que es de todos, que no es privilegio de nadie y estemos siempre vigilantes ante los que se quieren apropiar de ella o, lo que es peor, desmenuzarla.

También aquella constitución que muchos consideran el origen jurídico de la España contemporánea definía nuestra nación como la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, no dejemos que decidan qué es nuestra nación y nuestro presente y futuro dos señores en Suiza con relator internacional.

Por eso, cuanto más amenazada esté, con mayor vigor habrá que decir en todo espacio y lugar, y cómo no hoy aquí en Leganés: ¡Viva la Constitución! ¡Viva España!