La moción de censura en Leganés no puede ser un tema tabú

Con independencia del posicionamiento político que se tenga respecto a la moción de censura hay una cuestión que como principio democrático es intolerable: el vetar o impedir el debate sobre cualquier asunto, por muy espinoso que pueda resultar. El libre contraste de opiniones y pareceres es esencial en una sociedad plural y en una democracia que se precie de ser sólida.

Con la moción de censura estamos hablando además de un instrumento legal y legítimo para cambiar gobiernos cuando estos resultan perniciosos para el interés general. ULEG siempre ha defendido que las censuras se hacen en las urnas, salvo cuando un gobierno se convierte en un peligro ciudadano. El caso de Leganés y del primer edil Jesús Gómez es un paradigma de libro de cuándo debería llevarse a cabo una moción de censura y de que nunca es tarde para librar a Leganés de una administración tan nefasta para los intereses públicos. Alguno no quiere que se hable de ello, otros se esconden en diferentes faldas, coartadas y excusas, una inmensa mayoría se encuentra desinformada de lo que acontece... Pero para ULEG no hay tema tabú y ya va siendo hora de que se hable alto y claro sobre ello. 

Tiempo habrá y momentos para que todas las cartas queden sobre la mesa y se retraten todos. Absolutamente todos. En cualquier caso, no nos parece de recibo la actuación del alcalde respecto a la iniciativa vecinal que ha registrado más de 15.500 firmas en el Consistorio pidiendo que se proponga una moción de censura y se debata sobre ello. Hay que recordar que las únicas firmas que valen para una moción son, como mínimo, las de 14 de ediles de los 27 del Ayuntamiento. Pero eso no obsta para que se hable sin tapujos y en el foro de representación por antonomasia como es el pleno municipal de una iniciativa política demandada ampliamente por la sociedad leganense y que, al menos en el caso de ULEG, ha encontrado, encuentra y encontrará una sensibilidad máxima, porque a diferencia de otros nosotros sí sentimos Leganés, nos duele nuestra ciudad y seguiremos en ella cuando dejemos de ser cargos públicos. Siempre hemos dicho que por encima de ULEG está Leganés y así lo hemos demostrado y lo vamos a seguir demostrando.

Por ello, ayer mismo registramos oficialmente una interpelación para que (si al alcalde no le vuelve a dar otro ataque de autoritarismo y despotismo tan habitual en él) sea debatida en el próximo pleno. La transcribimos íntegramente:

El grupo político ULEG, como consecuencia que desde el 29 de enero el alcalde tiene conocimiento de la iniciativa vecinal que al amparo del ordenamiento jurídico ha registrado más de 15.500 firmas apoyando la presentación de una moción de censura y por el que se insta a la celebración de un pleno para que todos los grupos políticos del ayuntamiento se posicionen al respecto, plantea la cuestión e interpela al mismo para obtener las explicaciones, motivos o propósitos al respecto. Es decir, que se nos detalle el calendario o cronograma para sustanciar esta iniciativa vecinal, los presuntos problemas que están obstaculizando el que se lleve a cabo, las medidas que se están adoptando, se han adoptado y se van a adoptar para dar cumplimiento a la misma… En definitiva, multitud de interrogantes que no se pueden reducir a una sola pregunta y que queremos que sean satisfechas a través de una interpelación en nuestro legítimo derecho a supervisar y controlar la acción gubernamental. 

No obstante, y para no vernos mermados una vez más de una posibilidad de sustanciar una iniciativa en el pleno, o incluso a encontrarnos con la irregular situación de que se incluya la iniciativa en el orden del día para luego el alcalde hacer caso omiso a lo establecido por el propio ROM,  si a juicio del alcalde-presidente o del secretario del pleno entienden que la interpelación se debe formular o redactar de otro modo, no tenemos inconveniente en reelaborarla según su criterio o que la redacten ellos mismos y consideren lo que estimen oportuno, incluso si puede considerarse una moción, una novela, un ensayo o cualquier otra nomenclatura que a su docto y excelentísimo saber y entender aprecien conveniente. Cualquier cosa, que sea avisada con antelación suficiente, y que no suponga lo habitual en los últimos tiempos: ser censurados o perseguidos en nuestra legítima labor de oposición.