El caso Mic, o cómo el hombre tropieza dos veces en la misma piedra

Algunos dicen que el imperio romano terminó de caer por una plaga de mosquitos. Y es que no hay que desdeñar ningún asunto o como diría el refrán "no hay enemigo pequeño". El bautizado como caso Mic (ayer enviamos nota de prensa), o incluso por quien lo protagoniza, caso Noemic, no es precisamente menor, por mucho que se empeñe el alcalde Jesús Gómez en minimizar el impacto del mismo. Es un escándalo y de los gordos. Sólo me pongo a imaginar los mismos hechos, la mismas circunstancias, pero con distintos protagonistas y me da alipori. No sé, una carta del ex alcalde dirigida a todos los empresarios de Leganés diciendo que había que colaborar comiendo en el Changó, una carta dirigida por el ex concejal García Blázquez a todos los ciudadanos diciendo que había que contribuir al buen ambiente de la ciudad poniendo publicidad al grupo Alazar, una carta dirigida por el ex concejal de Empleo dirigiéndose a los potenciales empleadores sugiriendo lo bueno que sería que contrataran de empleado a este o aquel. ¿Se acuerdan de lo que se decía del ex concejal de Cultura y la empresa Música Viva? En fin, que riáse Cleofás y sus vestiduras de lo que el señor Gómez, hoy alcalde, habría hecho y dicho en esas circunstancias. Y con razón.

Ahora las tornas han cambiado. El grano ajeno es una grave enfermedad, y la gangrena propia es un pequeño prurito sin importancia. Es lo que tiene la coherencia y el latiguillo del "y tú más". ¿Coherencia y política? Quizás sea ese uno de los grandes problemas de la democracia española y del creciente descreimiento general. Ya saben, no hay dinero, pero de repente aparecen 20.000 millones para Bankia.

El caso Mic va a hacer mucha pupa a este gobierno, que precisamente no pasa por sus mejores momentos. Los 4 sueldos, aguinaldos, propinillas o lo que sea que confiesa obtener el señor Gómez por sus ímprobos esfuerzos en pro del bienestar general y que suman la modesta cifra de 100.000 euros, son como un aguijón en la línea de flotación. Pero esta cacicada de una "inexperta" con casi dos trienios de concejala, también "celosa" de su trabajo (o de sus compañeros o vete tú a saber), puede terminar de machacar la ya de por sí pobre popularidad de un alcalde que no se ha ganado precisamente adeptos en este primer año de legislatura.

Los errores políticos los cometemos todos. La diferencia está en cómo sacar la patita del barro. El alcalde ha optado por seguir metiéndola hasta el fondo en perfecta comunión y baile mortal con la concejal Selas. Allá él. Muchos se lo hemos avisado, pero por lo que se ve, la experiencia de otros con el sarkomóvil, con Alazar, facturas o similares no sirve para sí mismo. Ya se sabe, nadie escarmienta en cabeza ajena. Desde ahora, el alcalde y la concejal Selas han quedado encadenados en su fortuna. Cuando caiga uno, caerá el otro. El sr. Gómez será el que aguante la vela de Noemí Selas.