Hoy publicamos quizás el post más breve de la historia de este blog. Y la extensión, en este caso, es inversamente proporcional a la importancia de lo que queremos destacar. Este 8 de marzo es el día de, como mínimo, la mitad de la Humanidad. Una Humanidad que, como una moneda, no se puede entender sin sus dos lados: hombre y mujer. La Historia no ha hecho justicia con una de las caras, por eso sigue siendo preciso conmemorar fechas como la presente. Ojalá un día no sea necesario, al menos no con carácter reivindicativo, porque la igualdad o, mejor dicho, la equivalencia entre ambos sexos sea real y efectiva en todos los ámbitos y lugares del mundo.
9 comentarios:
Ojala sea así, aunque poco ayuda el tonteo de las listas "paritarias".
Por esta vía se han colado muchas Paquitas, Leires, Bibís, etc...
Ruf.
Ruf, tampoco desentonan tanto las Leires o Bibis de sus colegas masculinos.
Porque ¿qué me dices de un Ráez, Montoya o Calle?
No creo que las listas paritarias sea peor criterio de elección que el de las familias o facciones en las agrupaciones.
Yo añadiría que la discriminación positiva hace un flaco favor a las mujeres que valen. Sexar talentos no es una buena idea, porque está más que demostrado que el genio se distribuye al azar y no crece donde señalamos sino donde tiene a bien nacer. No se debe discriminar a nadie: ni a un varón por serlo ni a una mujer por lo mismo. Defender la igualdad con discriminación viene a ser lo mismo que defender la pulcritud con suciedad o la Justicia por fuera del Estado de Derecho.
Ser parco, Carlos, es una virtud en este tema, por ello le felicito.
Estoy plenamente de acuerdo con Lola en que, una vez reconocida en las leyes la igualdad, no son necesarias las discriminaciones positivas para llegar a la igualdad real y efectiva, aún no alcanzada en muchos ámbitos. Ahora bien, dado que en la elección de cargos políticos hay un amplio margen de discrecionalidad, me parece razonable el criterio de listas paritarias en cuanto reflejan la composición de la sociedad de hombres y mujeres al cincuenta por ciento. Este criterio de la paridad lo considero más razonable que el utilizado por los partidos políticos de cuotas por facciones o familias, con el que ascienden a puestos de responsabilidad muchos mediocres, derecho a la mediocridad que no se les puede negar a las mujeres cuando con tanta facilidad se acepta en los hombres.
La mediocridad es tanto de hombres como de mujeres, cada cual su estilo.
La cuestión ¿Porque sigue habiendo tanto mediocre en política y en la Administración Pública? que baremos se siguen? creo que muchos y muchas lo tenemos claro.
Y a partir de ahí tenemos, mediocridad, falta de profesionalidad y peloteo de todo tipo.
Aunque se den casos en la empresa privada, doy por hecho que muchos de ellos no duraban ni un mes y ellos y ellas lo saben muy bien.
Buen articulo de Uleg.
La cuestión de la mediocridad en la política es uno de los apéndices de otro gran tema que es la libertad. La mediocridad se concentra allí donde hacen falta dóciles y allí donde se intentan imponer voluntades demasiado lúgubres para que se reconozcan dirigidas al bien general. Quiero decir que cuando una medida política luce con luz propia no necesita ser impuesta monolíticamente, sin discusión y con arbitrariedad, para eso hacen falta los mediocres, para ser un buen coro. Cuando las voluntades son razonables y son limpias no hace falta el coro, probablemente se hace un coro espontáneo en el que toda la sociedad participa con agrado.
Cada cual transita por la vida con los talentos y carencias que la naturaleza o el medio le ha dado.
Creo que una mujer no tiene que demostrar una valía superior a cualquier hombre para desempeñar su trabajo. La verdadera igualdad entre hombres y mujeres llegará cuando cualquier mujer mediocre llegue a cargos de responsabilidad como llega cualquier hombre.
Se esta tomando alguna medida desde el ayuntamiento por la sequía ?
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