sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Tienen algún incentivo para hacerlo bien? Payasadas políticas pepineras

En los últimos días y a la luz de diferentes noticias como la derrota de Obama y la irrupción electoral de un movimiento político como el Tea Party, las batallas mediático-políticas que hay en Leganés para no reparar en medios (cada día más inmorales) para lograr el fin de tumbar o vilipendiar al adversario, los improperios y la falta de educación, el que la clase política ya sea el segundo problema en importancia para los españoles, etc., me he vuelto a plantear una pregunta con una respuesta que, lamentablemente, no se quiere contestar con sinceridad porque nos hace a los propios ciudadanos responsables: ¿Tienen los gobernantes y los políticos un incentivo para hacer las cosas bien? Y me explico. En las diversas facetas de nuestra vida, como trabajadores, como estudiantes, como compañeros, como amigos..., hay diversos estímulos más o menos explícitos o confesables que nos empujan a actuar de un modo u otro y, por nuestro propio bien, nos lanzan hacia un objetivo deseable. A grandes rasgos, y perdónenme si generalizo o simplifico en exceso, la obtención de dinero o lucro es el motor que mueve a una empresa o a un trabajador, las calificaciones y superar asignaturas que te proporcionen una titulación y una formación motivan a los estudiantes, el cariño, la protección y ese colchón de seguridades que te da la familia o los amigos son los que hacen que sepas mimar y cuidar esas relaciones...

Y en buena lógica, el incentivo de un gobernante, de un político, de un partido, es el obtener el voto del ciudadano. A mayor cantidad de votos, que el sentido común dicta que debería ser el "premio" o respaldo a una correcta labor, más posiblidades de poder, esencia misma de la existencia de las organizaciones políticas. Pero algo falla en la ecuación o no resiste la comparación entre el ámbito por ejemplo laboral y el político. Si uno es mal trabajador, no responde a las exigencias del jefe o de los clientes, o bien termina despedido y contratan a otro, o ve que no le ascienden ni le mejoran el salario o tiene que echar el cierre al negocio. Pero si uno es mal gobernante, un político insensato o el partido que gobierna hace las cosas de una manera incorrecta, es corrupto, es incompetente, es derrochador ¿qué sucede en España y en sus diversas autonomías y municipios y me da igual el color político de ese gobierno? La mayoría de las veces nada, poco, o, lo que es peor, es aún más premiado por los votantes porque quienes pueden cambiar las cosas con su voto terminan metiendo a todos en el mismo saco y se abstienen, con lo que ponen sin obstáculos la alfombra roja a esa interminable ristra de paniaguados, cortijeros, sectarios, integristas y forofos políticos que nunca faltan a la cita con las urnas porque, con independencia de los resultados de la gestión o los intereses generales, "hay que apoyar a los míos y a los que garantizan mi tren de vida" o porque "es que los otros mataron hace 80 años a no sé quien", o "yo seré toda mi vida de estos aunque me dejen sin nada ", o "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer"...

En este sentido, siento envidia sana o insana de otras democracias occidentales, más maduras y asentadas que la nuestra, como se vio recientemente en el Reino Unido, como ha pasado en Francia o hace muy pocos días en Estados Unidos. En estas democracias, uno puede simpatizar con un partido, ideología o tendencia política, pero se castiga severamente al mal gestor, al mal gobernante, al que no está ofreciendo las soluciones adecuadas. Ni el partido, ni la ideología son una patente de corso, ni el voto aparece como cautivo. El voto de castigo es real y palpable. Y esto es lo que falla en España y que es uno de sus grandes cánceres: la política de bloques, la inexistencia de autocrítica en el seno de unos y otros, el "y tú más", las trincheras entre "fachas y rojos"... Y esa es la ruina de nuestro país. Y eso es lo que en Leganés quieren eternizar artificialmente irresponsables como el señor Gómez Montoya o el señor Calle. Nefastos gestores, personas sin preparación, ideología, principios ni competencia, profesionales de la política en el peor sentido de la palabra. Y son esos señores los que hablan de circo... Y a lo mejor no les falta razón, ¿pero se han mirado a sí mismos? ¿Habrá, señor alcalde, que dar detalles del show montado por algunos en Benidorm con los viajes de nuestros mayores a cargo del dinero de todos, no del suyo?

Este fin de semana hay circo en Leganés. No el que vivimos diariamente en la política pepinera, sino el típico con malabaristas, leones y payasos. Un circo bastante más honesto que el que día sí, día también, perpetran desde el búnker de Plaza Mayor. Un búnker cada día más siniestro, dañino y falto de escrúpulos, porque cada día que pasa es un día menos para que sea derribado por los vecinos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Da gusto leerte Carlos. Eres de los pocos políticos de este pueblo que saben de lo que hablan.

Aunque se les llene la boca de palabras como "democracia" o "libertad", este país sigue siendo muy autoritario para todo.
A mi que me expliquen qué diferencias de calado, diferencias de verdad, hay entre los grandes partidos. No solo cuestiones de maquillaje.

Anónimo dijo...

Lo que pasa en Leganés es vergonzoso. Qué ganas que llegue mayo!

Anónimo dijo...

Se nos cae Polvoranca!!!!

menudo destrozo estan haciendo!!!

Anónimo dijo...

Es la primara vez que con un concejal de IU, Castejón, se echan trabajadores a la calle.
En todas las privatizaciones que ha habido hasta ahora, nunca se han echado trabajadores a la calle, estos han sido subrogados por la nueva empresa.
CON IU LOS TRABAJADORES A LA CALLE

Anónimo dijo...

Me parece muy bién está entrada, pero no crees q apoyando al PP después de las elecciones uleg será cómplice de lo q denuncias en está entrada??
Creo que deberíais aclarar esto, porque yo en principio os voy a votar, pero no me haría ninguna gracia q apoyarais ni al PSOE, ni por supuesto al PP, y q os mantuvierais INDEPENDIENTES

Anónimo dijo...

Hola a todos.
Como ya hemos comentado en diversas ocasiones y volveremos a decir todas las que hagan falta, ULEG votará el día de la investidura a su candidato, igual que se hizo en 2007. Quien vota a ULEG lo hace, o así lo entendemos nosotros, para que sea el candidato y el programa de ULEG el que triunfe, por lo que con nuestro voto no se dará el poder a nadie. ¿Qué harán los demás? Pues ya vimos la experiencia de IU en esta legislatura, que permitió el gobierno del PP en aras al "todo por el Urbanismo".

Como hemos dicho también en otras ocasiones, estamos convencidos de que en 2011, en 2015 o en 2019, alguien de ULEG será alcalde o alcaldesa de esta ciudad, porque creemos en el proyecto independiente que defendemos y porque pensamos que es el mejor para Leganés.
Un cordial saludo.
Carlos Delgado