Estamos ante un acuerdo Frankenstein como diría Rubalcaba donde las propuestas son una excusa para colocar a allegados y potenciar una red clientelar donde Cs quiere "pillar cacho" ante su inminente desaparición. La insistencia de incluir políticas "liberales" y la palabra "liberal" en el acuerdo es un sapo gordo, velludo y viscoso para la izquierda.
La figura de la vicealcaldía también generará conflictos en un PSOE de Leganés dominado por egos, narcisismos y ebrios de postureo aunque absolutamente vacíos de competencia.
Este acuerdo también es una bofetada al grupo Unidas Podemos-IU quien ha resultado incapaz para condicionar al PSOE y a la vez se ha acobardado para intentar un rumbo progresista alejado de las faldas de Llorente y de un socialismo en Leganés que es claramente reaccionario. Un perro del hortelano pepinero que se ha convertido en un enorme obstáculo para el cambio.
La posición de Más Madrid-Leganemos también queda en entredicho, puesto que parece evidente que seguirán apoyando al gobierno de Llorente, aunque ahora con uno de los elementos de lo que ellos bautizaban como "trifachito" y "derecha" en los sillones consistoriales.
Más que hacer política en este nuevo gobierno de 13+3 de apoyo activo de MásMadrid+3 de apoyo pasivo de Unidas Podemos van a hacer juegos malabares. Al final, el gran perjudicado es el pueblo de Leganés, que ojalá despierte de esta pesadilla y esta vez sí, en 2023, apueste de manera masiva por el cambio real, profundo, verdaderamente progresista y regenerador de la política en Leganés que representa Unión por Leganés-ULEG.
No hay comentarios:
Publicar un comentario