En unos tiempos políticos convulsos donde nada es lo que parece, no está de más acudir al sabio refranero español para rescatar un dicho popular: "obras son amores y no buenas razones". Los ciudadanos se muestran reacios al discurso y a la retórica política tradicional, y no sólo en el plano ideológico izquierda/derecha, que muchos creemos que ya está superado. El vecino está entre escéptico, resignado, apático, abúlico, indignado y "encabronado". Y motivos no le faltan aunque también ha, hemos, de hacer autocrítica y darnos cuenta de nuestra cuota de responsabilidad en el actual estado de cosas. En cualquier caso, el ciudadano demanda hechos, acciones, ejemplaridad, concreción..., además de una gran dosis de sinceridad, porque como decimos en nuestro twitter "la mayor crisis que vivimos no es la económica, que sólo es un efecto. Es una crisis por el desplome de la verdad. Vivimos una continua mentira".Por eso, desde ULEG hemos dado un paso más, fieles a nuestra trayectoria de plantar batalla a los abusos (lideramos la lucha en todos los frentes contra la tasa de basura) y a los poderosos (desde las grandes compañías de servicios, a los lobbies ladrilleros o las propias multinacionales mercantiles del poder que son el PPSOE), y nos hemos puesto a disposición de los miles, sí, miles, de leganenses afectados por las denominadas "participaciones preferentes", esos productos bancarios tóxicos por los que fue engañada deliberadamente la inmensa mayoría de personas que suscribieron este tipo de "chollo". Así, ante la pasividad de unas autoridades e instituciones que se han olvidado de a quiénes han de defender y cuál es la razón de ser de su existencia, desde nuestra formación local, vecinal e independiente ponemos a disposición de los ciudadanos el asesoramiento y los recursos (vid. guía) que están en nuestra mano para ayudar a dar un cauce de solución o al menos de hacer frente de manera organizada a esta estafa masiva que, junto a otras que se están poniendo en marcha por los de siempre, sí se puede catalogar como violencia estructural.
Y ante el creciente discurso "antipolíticos" y la explosión de lemas del tipo "el pueblo unido funciona sin partido", contesto con firmeza y rotundidad que me siento orgulloso de ser político porque donde no hay políticos siempre fluyen dictadores y dictaduras, y que ni todos los políticos, ni todos los partidos somos iguales. Y quien dice eso, sólo logra una cosa, que siempre estemos bajo el yugo del PPSOE o títeres sucedáneos, los cómplices de que estemos como estamos.


